Limites

De tal infinidad es la imaginación, que solo puede limitarse por la ignorancia supina de quién decide tropezar repetidas veces la misma roca, esa que lo lleva de abismo en abismo esperando llegar a la cima, a la cima definitiva de la  autoflagelación​.

Todo el amor en un error

Y se hizo el hombre y con el la mujer, el experimento cargado de errores más grande dios. He allí la forma de como dió con el descubrimiento de toda su creación: el amor.

La seguí hasta morir

Sobre su rostro descansaba el beso de dolor más grande que pudiera dar, sus manos frías me dolían tanto en el alma que llovía plomo sobre mi, le pedí al silencio del momento que me sembrará junto a ti, le pedí al universo que me llevará contigo, y así me lancé a buscarte, con el aliento de estar alla antes que tú, solo quería que al abrir los ojos me descubras junto a ti en una nueva fantasía, sin vida quizás, muertos sin duda.

Sin temer a nada me alcé contra mi conciencia y en un reclamo de tristeza le pedí que quería morir de amor por ella, y así tras mi muerte darle más tiempo a la muerte de ambos, quería ocultarnos de ella y su falta de espacio y de historia, la nuestra que moría en un maldito instante, en un infortunado golpe del destino, desleal de mis deseos e inmisericorde de mi fe.

Así me encontraba reposando mi cabeza en su nuca, conciente plenamente que mordía la ilusión de verla otra vez, de hacerle el amor para revivir la vida y salir del ahogo de su partida, quería calzar su alma a la mía, plasmarla juntas en el sol para ser fundidas sin importarme el puerto y si de verdad existe, la realidad yacía helada frente a mi, me desgarraba el pecho con mis manos, mi puño golpeó el dolor más de una vez y así se cerraban mis ojos y mi paz, ardía tanto estar vivo frente a ella que era insoportable saberme sin su aliento, todo se hizo opaco y ocre a la vez, sin ganas y alejándose de este intento de vivir que volvió a fallar... y a fallar otra vez.

Iré con ella sin la certeza de encontrarla, más bien podría perderme enteramente de ella.

!maldita sea no lo se!

Que condena me dejaste?

entonces solo viviré para cumplirla como mi único futuro imposible y como la única respuesta que entiendo.

Atrevido a jugar entre la dulce esperanza que se hizo esquiva para mí, esperaré mi turno hasta que la canción que sea para mí termine entre compases de tu carne y la mía, y se escriba una nueva letra en la que me esperes tan joven y bella como en el ayer que nos perteneció, y te guardes para mi arrugada alma que solo cumplió tu condena en nombre de los dos, en ese futuro de mi condena absuelta me dirás que me esperaste, mientras yo te digo en esté presente funesto que me dejas, espérame amor mío, espérame y descansa en paz mientras muero para vivir a tu lado una vez más.

Mi mejor versión(?)

No pierdas tiempo en buscar tu mejor versión, en verdad sólo hay una unica versión, flexible, moldeable, perfecta y constantemente equivocándose para aprender. Invierte tu tiempo en comprenderla, en verla madurar, en domarla en su afanes, en ajustarla a tu tiempo, en amarla en lo brotes de irá, depresión y angustia, esa versión no es una careta que puedas quitar, poner o reemplazar, eres tu, tu personalidad, y siempre ha sido la mejor, porque te pertenece, porque fue la funda que decidiste usar.

Así de sencillo

Fuí el producto de tus deseos,
tú me creaste,
tu mi hiciste.

Yo te pedí,
yo te soñé,
yo también te cree.

Ya no somos un deseo,
ya no somos un sueño,
somos tu y yo, una carne, un solo ser,
la realidad de la vida,
somos cada día a la vez,
correspondencia sublime,
suspiro y desnudez,
somos el dulce calor de cada atardecer,
primavera en la mañana,
otoño al atardecer,
somos, simplemente somos...

Vaya oscuridad

Ahí, justo después que la oscuridad nos alcanzará,
dejaste de contener esos gemidos, 
apenas quedo para un testigo cierto,
quizás fue la misma oscuridad que se cerró y se quedo a contemplar,
o fue la curiosidad del mundo que no advirtió tanto deseo.

Tu aroma fue mi guía para encontrar ese lugar sagrado,
tu aliento fue la alarma que me llevo a adivinarlo todo,
fuí radar que acertó donde estaba el deseo ciego, 
para hacerme solo ritmo, ahogo y oscuridad,
para asirme de tus caderas curvas,
para ser la serpiente sobre tu espalda.

Así se agitaba el aliento, 
la pared no paraba de quejarse tras las embestidas,
te ame en lo oscuro y con los ojos abiertos,
buscaba un rayo de luz de tus ojos de fuego,
que se hicieron volcán en tu vientre siempre, 
que fue una llamarada que todavía arde en todo mi ser, 
que todavía hierve entre mi piel,
que te busca en la penumbra sin saber a quién le fuiste infiel,
infiel a la huella que no quedo,
solvente del tiempo que no pasó,
pero marcada por lo que dejó la oscuridad, vaya oscuridad.

Universal

Tras un concierto de preguntas me encontré en un juego de espejismos, me vi cruzado por cristales reflejando mi imagen fiel y exacta en distintas direcciones, profundas hasta el infinito de lo que mi vista alcanza; entonces sin sentido pleno de mi ubicación me perdí entre todas partes, el miedo de dar un paso era solo una respuesta de dar más de uno, sin término estaba en el embrujo de reflejarme en todas partes, proyectado sin dimensión se dibujaron bucles de un ancla que busca el fondo sin parar; así, desde mi humana percepción alcancé a reconocerme como un ser universal, que solo pertenezco circunstancialmente al lugar que habita la carne de mi efimero cuerpo, mientras mi espíritu expandido no conoce barreras y menos fronteras, pues ha nacido liberado hasta de líneas imaginarias e innecesarias, de territorios y de espacios.

Somos definitivamente los únicos responsables de definir donde queremos estar, en ello ha de estar el propósito de nuestra visita, hemos de poner la felicidad como banderas, el amor como la losa donde reposan quienes han iluminado su alma, y la paz que se bate entre las guerras como nuestro himno y comparsa.

Somos una fuente constante de ganas de aprender, y hoy he aprendido que no se deja nada atrás, que todo está adelante, en la inmediata creación, que lo dejado, dejado está, y nada lo cambiará. Lo que verdaderamente cambia es la capacidad de asimilar el espacio y tiempo que ocupamos, en la impermanencia de ello, y la del sujeto llamado cuerpo.

Nuestra identidad fue definida el día y lugar en el que nacimos, eso es irreversible, necesario y así lo debemos aceptar con alegría, pero nuestra universalidad nos compete, cada quien decide, y luego construye al ser humano especial, original y transcendental que le hace su nueva condición universal, con identidad, con la certeza de saberse feliz, no por donde esté su cuerpo, sino por la fuerza donde lo llevan sus creencias de universalidad, sin más religión que reconocer en si mismo al Dios de todo, una réplica exacta, conveniente y original.